reportaje. una mañana lluviosa

Cuando la naturaleza decide hacerse sentir nadie puede detenerla. En una mañana de un sábado del mes de febrero en la ciudad de santiago de los caballeros amanece un cielo totalmente nublado y leves lluvias caen de el.

Es una mañana difícil para todas aquellas personas que tienen que madrugar para ir a sus labores diarias, los estudiantes que llegar a sus casas de estudios, deben levantarse a pesar del frío intenso el cual es provocado por la lluvia.

Y no solo por el frío por que al salir a la calle mojada, que a pesar de sombrillas, abrigos, capotes la llovizna moja y no cesa. Los carros conchos se dificultan y pasan algunos llenos, al igual que los moto conchos.

Pero como la vida no para ni un segundo se toma valor de donde no hay, y estos son los momentos donde la vida es dura y a pesar de eso se sale adelante. Aunque en estos tiempos donde la tierra se humedece, los ríos crecen, los árboles llenan sus hojas de agua, muchas familias que viven alrededor de cañadas, empiezan a refugiarse en lugares seguros antes de que las cañadas se desborden, la tierra se deslice.

En cambio otras familias estos días los aprovechan para disfrutarlos y dar a conocer la dominicanidad cocinando un rico sancocho, un sabroso asopao, una buena mano de domino, o ver una espectacular película en casa.

Aunque los enamorados tienen una forma peculiar de pasar estos días, usan sus trocos de cómo estar juntos acurrucándose sin que nadie le interrumpa y demostrándose todo su amor.

En las calles los mendigos se nota como se mojan para pedir sus limosnas y así poder comer, los limpiabotas con sus rostros triste por que no encuentran a quien limpiarle zapatos, y que la lluvia se lo impide.

Todo esto es por algunos días, lo cual va a depender de la madre naturaleza, y todo volverá a la normalidad, aunque en ocasiones las lluvias dejan muertos, familias sin casas y refugiadas, los mendigos dejan de mojarse, los limpiabotas vuelven a laborar con el sol radiante, y todo dominicano amante de la comida criolla segura con su plato cotidiano el cual lo titulan la bandera dominicana (arroz, habichuela y carne).